Una terapia milenaria de origen oriental, basándose en que todos los órganos del cuerpo tienen un punto reflejo en los pies. El doctor Fitzgerald a principios de siglo XX es quien desarrolló los mapas de la anatomía refleja, dividiendo al cuerpo en diez zonas longitudinales y tres transversales, logrando establecer las correspondencias anatómicas en los pies.
Por medio del masaje podal, se pueden estimular los puntos reflejos, provocando una respuesta autocurativa en el organismo. Se debe observar y palpar todas las características individuales de cada pie, las durezas, rojeces, lunares y surcos son indicativos del funcionamiento de las estructuras, órganos y glándulas.
Es un masaje relajante ideal para personas que quieran mimar sus pies, aliviar las dolencias y eliminar la incómoda sensación de ardor u hormigueo de las plantas de los pies, la duración de la sesión es de 1 hora.